El comercio se encuentra prácticamente paralizado luego de la estampida del dólar que comenzó al día siguiente de las elecciones primarias y que el gobierno optó por no controlar. Los grandes se dan el lujo de acopiar hasta tanto se estabilice el tipo de cambio. Los pequeños comerciantes no tienen más opción que continuar vendiendo.
Alimenticias que dejaron de entregar productos como harina y aceite, y comercios que pegan carteles en las vidrieras con la leyenda “todo tiene un aumento del 20%”, son algunas de las consecuencias de la fuerte devaluación del peso tras la derrota del gobierno en las PASO. Algunos de ellos decidieron suspender las ventas.
El dólar se apreció 12 pesos -un 25%- desde que el domingo se anunció la contundente derrota oficialista.
La nueva devaluación alteró los costos de las empresas, que pusieron los precios en revisión, lo que altera la actividad comercial. Se estiman remarcaciónes de entre 15% y 20% como mínimo para los que tienen que entregar en los próximos días.
Si se convalidan las nuevas listas de precios, el consumidor final encontrara el aumento en las góndolas. En caso de que no acepten, el riesgo es que aparezcan algunos signos de desabastecimiento.
Una compañía que participa del programa oficial de “productos esenciales” ya avisó al gobierno que no puede seguir trabajando con los importes actuales. Las cadenas notificaron a la Secretaría de Comercio, pero quedó aun no hay definición.