Las familias del Jardín de Infantes n° 902 de William Morris ya no saben qué hacer. Vidal demolió el edificio donde funcionaba el jardín y nunca terminó la obra. Los chicos tienen clases en la parroquia del barrio. A pesar de la difusión del caso, no hay respuestas.
El martes 14 de mayo, un grupo de familias pertenecientes a la comunidad del Jardín de Infantes 902 de William Morris se reunió en la puerta del edificio abandonado para reclamar, una vez más, que se terminen las obras.
De manera pacífica, madres, padres e incluso los propios niños, realizaron carteles y los pegaron en las rejas que rodean la construcción para visibilizar el problema. Todavía no logran entender por qué la provincia de Buenos Aires demolió el edificio. Según ellos, la construcción no revestía ningún inconveniente, no tenía peligro de derrumbe ni filtraciones. “Tiraron abajo una losa de 25 cm de espesor y a cambio construyeron un edificio con techos de chapa” señaló uno de los papás.
Según pudo constatar este portal, la obra tiene fecha de inicio el 07 de febrero de 2017 y el plazo para su finalización era de 365 días. Sin embargo, al día de la fecha se encuentra paralizada. Y la comunidad educativa sin respuestas. Vecinos denuncian que el mismo martes 14 en horas del mediodía, una camioneta ingresó a la obra y se llevó materiales. No es la primera vez que sucede. Lejos de reactivarse el trabajo, se estima que la empresa contratista está vaciando el lugar.
El caso llegó a medios nacionales. A fines de abril, el programa “El noticiero de la gente” de Telefé brindó detalles de la problemática e incluso mandó un móvil para constatar las condiciones en la que los niños asisten a clase. Sin embargo, la repercusión no alcanzó para que las autoridades de la provincia de Buenos Aires resuelvan el tema, terminen la obra y le devuelvan el jardín a la comunidad. Por el contrario, no hubo ningún tipo de comunicación y hasta bajaron el cartel de obra, donde figuraban los plazos de construcción.
Las familias están desesperadas. Mientras tanto los niños pasan sus días en aulas divididas por telas, sin materiales acordes, sin baños adaptados a su tamaño, sin juegos y en condiciones generales que no son las adecuadas para garantizar una educación de calidad.