Como la gran mayoría de los sectores, la industria del juguete sintió la crisis durante las ventas navideñas. Todos los segmentos del rubro tuvieron fuertes bajas en relación con el año pasado. Jugueteros dicen que hay stock para dos años.
Las ventas de juguetes para las fiestas de fin de año registraron una caída del 19,8 por ciento medidas en cantidades frente a la temporada de 2017, informó ayer la Cámara del Juguete. En línea con la realidad del comercio minorista, todos los segmentos del rubro de juguetes tuvieron fuertes bajas en relación al año pasado en un momento del año que suele ser clave para encarar el receso veraniego.
A pesar de la reapertura de algunas paritarias y el bono de fin de año decretado por el Gobierno nacional (que no alcanzó a todos los trabajadores registrados), el consumo quedó atrapado en la caída del poder adquisitivo. Se calcula que el salario real promedio registrado del sector privado se ubica un 13,3 por ciento por debajo del nivel que tenía cuando comenzó su mandato Mauricio Macri.
El juguete junto a los textiles, calzado, marroquinería, algunos segmentos de la metalmecánica y de alimentos y bebidas, entre otros, son sectores que dependen de la marcha del mercado interno, emplean mano de obra y sufren las importaciones baratas, especialmente desde Asia. Se trata por lo tanto del eslabón más fino de la estructura industrial, que tambalea cuando las condiciones macroeconómicas le son adversas.